A 21 AÑOS DEL INICIO DE LOS INVIERNOS MÁGICOS

 

Un 19 de diciembre de 1999, los Tuzos conquistaron su primer título en la 1ª División del futbol mexicano al imponerse con gol de oro en el Estadio Azul

 

 

PACHUCA (Arturo Henkel).- Un día como hoy, hace 21 años, los tiempos de gloria para el Club de Futbol Pachuca se empezaron a escribir. Un 19 de diciembre de 1999, los Tuzos desafiaron a la historia; esa, en la que los equipos denominados “chicos” no podían ceñirse campeonato alguno en el balompié nacional.

Odiseas, como la de Celaya en la temporada 95-96 enfrentando al entonces campeón Necaxa, era un equipo recién ascendido pero con figuras como Emilio Butragueño, Richard Zambrano, y José Damasceno ‘Tiba’, no alcanzaron a conseguir la hazaña frente a unos Rayos que consiguieron el bicampeonato. O la de Toros Neza en el Verano del 97, con jugadores como Antonio Mohamed, el ‘Pony’ Ruíz, y Miguel Herrera, dirigidos por Enrique Meza no lograron vencer a unas contundentes Chivas del ‘Tuca’ Ferretti. Parecía que los equipos ‘cenicientas’ sólo podrían aspirar a ser protagonistas, más no a ser leyendas.

Es así como llegó el Torneo Invierno ’99, en la final se enfrentaban dos equipos hidalguenses, con historias tan disímiles como sus planteles: por un lado, la Máquina Celeste de Cruz Azul con figuras tan elogiadas como Diego Latorre, Mauro Camoranessi y Ángel ‘Matute’ Morales. Por otro, Pachuca que contaba con jugadores de calidad, pero sin los reflectores que tenían los cementeros, tales como: Manuel Vidrio, Alfonso Sosa y Benjamín Galindo, entre otros, todos comandado por Javier Aguirre en la dirección técnica.

Pachuca había tenido una liguilla heroica, al eliminar en reclasificación con gol de último minuto de Marcelino Bernal a unos Monarcas muy complicados; tras dejar en el camino a Toluca y Atlas, campeón del torneo previo y superlíder respectivamente, con majestuosas actuaciones de quien paradójicamente se convertiría en inmortal tras su fallecimiento: Pablo Hernán Gómez.

El juego de ida fue un ir y venir de acciones y de emociones, al minuto 22’ la afición cementera fue la primera en festejar el tanto de Julio César Pinheiro que poco pudo celebrar, ya que tan sólo un minuto después, Alejandro Glaría a pase de Gabriel Caballero empató el marcador. Al 41’, la misma combinación Caballero-Glaría, se encargó de poner el 2 a 1 en favor de los locales. En el agonizar del partido, Cruz Azul logró empatar el encuentro al minuto 90´ con gol de Pedro Reséndiz.

 

 

Todo había quedado para que se resolviera en el Estadio Azul. El partido curiosamente tuvo que reajustar su horario debido a que aquella tarde hubo corrida de toros en la vecina Plaza México, por lo que se jugó en domingo a las 9:00 de la noche, un horario poco habitual en ese entonces para el futbol.

Los 90 minutos reglamentarios fueron insuficientes para que cualquiera de los dos equipos abriera el marcador, el global seguía empatado a 2, todo había quedado para que se definiera por ‘gol de oro’ o en penales. El tiempo extra empezó y más tardaron en acomodarse los equipos que en terminar el trámite del partido: al minuto 92’ de juego, Marco Garcés desbordó por derecha, centró al área rival y Alejandro Glaría empujó auténticamente con su hombría el balón al fondo de las redes del marco cementero custodiado curiosamente por Oscar ‘Conejo’ Pérez, quien años más tarde también escribió capítulos de gloria con Pachuca

La tribuna Norte del Estadio Azul, en la que se encontraba la afición tuza estalló en júbilo, se pasó de la esperanza a la incredulidad en menos de un instante, se pasó de la angustia del descenso a la gloria del campeonato en menos de un año, y se pasó de ser un equipo “chico” a un protagonista del futbol mexicano en menos de una década. Para hoy en día ser: “Pachuca, el equipo de México”.

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