Acceder
Hoy recordamos el retiro de las canchas de una de las leyendas más grande del Club Pachuca, que nos dejó claro que si volviera a nacer, volvería a defender estos colores.
PACHUCA DE SOTO, HGO.- Recordamos con cariño y nostalgia al hombre que nos hizo soñar, que defendió con honor la portería de los Tuzos por más de 10 años, que fue pieza clave para conseguir 10 títulos y que se ganó el corazón de la afición blanquiazul; un hombre que dejó una huella imborrable en el fútbol y que siempre será recordado en Pachuca y el mundo por ser un gran arquero.
Miguel Calero nació el 14 de abril de 1971 en Ginebra Colombia, mismo país donde comenzaría su carrera como portero, debutó como profesional con 18 años de edad en el Sporting de Barranquilla, después pasó al deportivo Cali, posteriormente su travesía siguió por el Club Atlético Nacional con quien ganó la Copa Merconorte. Después de probar suerte en estos equipos, el destino conspiró para que en junio del 2000 el Cóndor emprendiera el vuelo hacia la cuna del fútbol mexicano, donde encontraría un hogar en el Club Pachuca y donde comenzaría su historia como leyenda del fútbol.
Con el sentimiento a flor de piel, entre aplausos, cantos y ovaciones, un 22 de Octubre de 2011, la afición tuza despidió al Cóndor en el Hidalgo con la misma euforia que cuando ganaron la Sudamericana en 2006. Con un último encuentro donde mantuvo su portería en cero y un beso al campo en media cancha, Miguel Calero se retiró del fútbol; poco después lloramos su partida de este plano terrenal pero nosotros seguiremos honrando su memoria y celebrando las hazañas que consiguió vistiendo con orgullo los colores de los Tuzos.
La afición tuza hoy en día sigue recordando con cariño al guardián de los sueños y de la portería de los Tuzos; sus grandes atajadas, su liderazgo en el campo y el amor que Calero le tenía al Club Pachuca siguen siendo ejemplo e inspiración para muchos de nosotros, pero en especial para los jóvenes porteros de nuestra cantera quienes sueñan con continuar el legado y llegar a ser el próximo Calero.
Por: Aneliz Guzmán